Luego de tener a la prensa nacional a su favor, contar con el apoyo de la clase empresarial del país, tener a la mitad de la selección de futbol de su lado, haber recibido el apoyo descarado de la cancillería peruana, tener arrodillado a un Nobel de literatura trabajando por ella, contar con la farándula entera persuadiendo por su candidatura, con los apus del bosque de rocas de Huayllay, a pesar de todo y muchos apoyos más, Keiko pierde por tercera vez. El Kino se dio y Keiko perdió.

Keiko no perdió ante un gran político, no fracaso frente a un equipo de polendas. Castillo no salvara al Perú, Keiko no tuvo rival de fuste, incluso antes de la segunda vuelta se auguraba que Keiko perdía con todos menos en ese entonces el desconocido Castillo. Pero se dio y Keiko perdió, porque no luchó contra Castillo, sino contra el pueblo, contra los empleados, contra la clase obrera, campesina, indígena, étnica y multicultural del Perú que son las grandes mayorías que hace décadas exige cambios y reformas profundas de un sistema donde los pobres son más pobres y los ricos son super millonarios.

Keiko pierde porque sus palabras son “como metal que resuena o címbalo que retiñe.” (1) No tiene credibilidad. No la creen, le reputan los que invierten en ella, en su partido, en su maquinaria de hacer dinero, en ese partido especialista de poner congresistas para generar leyes a favor de los billonarios del Perú (2), para producir leyes que benefician las rentabilidades de los monopolios y obstruir iniciativas legislativas que favorezcan a las grandes mayorías (3).

Keiko no aprendió de sus dos fracasos anteriores, confeso que había cambiado, pero mas viejo mas igual. Como dice el adagio popular “Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico”. Debió trabajar a favor de las clases populares con sus más de 70 congresistas del periodo 2016 pero se encargo de reducir sus posibilidades con los Becerril, Betetas, Bartras y demás que escupieron a la clase popular y nos trataron como trapeadores a los pobres del Perú.

El triunfo de Castillo es la victoria de las grandes mayorías, de los sin voz del país, de los ultrajados, menospreciados y vilipendiados. Un profesor por vez primera llega a ser presidente del país y en su bicentenario. Y ni bien asuma el poder tendrá un pedido de vacancia presidencial desde el congreso. Keiko perdió la mas grande batalla, pero aún no la guerra.

Lo joderan a Castillo ni bien el JNE lo proclame, y llegado al sillón presidencial comenzará la batalla mas larga o corta que se dará en la lucha política del país, la derecha no perdona, la derecha recuerda y se armara, usara todo para tumbarse al gobierno electo de Castillo usando las formas democráticas u otros modos.

Para quienes creen que la lucha en las calles cesa con la proclamación de Castillo, pues no es así. Para quienes creen que Castillo gobernara con "luna de miel" durante un tiempo es ingenuidad. ¿Cuándo llego realmente la izquierda al poder?, ¿y si llego duro?, ¿les dejaron gobernar o las botas hablaron? Se vienen tiempos jodidos.

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO

Lic. en filosofía y CCSS

REFERENCIAS

1. Texto bíblico 1 Corintios 13:1

2. Según la revista FORBES antes de la pandemia eran 02 billonarios en el Perú, ahora en plena pandemia marzo 2020 a mayo 2021 aumento a 06 billonarios y según el INEI la pobreza en plena pandemia subió a 30 % en el Perú.

3. De acuerdo a un audio de Yesenia Ponce, congresista de Fuerza Popular, “No me interesa así se perjudiquen diez mil, cien mil personas. ¡No va!”, habría dicho Keiko Fujimori, para el proyecto de irrigación Chinekas.