La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado el talco, un mineral común en cosméticos y polvos corporales, como "probablemente cancerígeno" para los humanos. La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) determinó que el talco podría causar cáncer, situándolo en el nivel 2A de peligrosidad. Aunque la evidencia en humanos es limitada, se ha demostrado que causa cáncer en animales y presenta características típicas de los carcinógenos en células humanas.

Investigaciones en humanos indican un ligero aumento en el riesgo de cáncer de ovario en mujeres que usaron talco en polvo en la zona genital. Un estudio en más de 250.000 personas en Estados Unidos mostró un incremento no significativo. Otro análisis de ocho estudios de casos y controles, con más de 18.000 personas, encontró un riesgo ligeramente mayor de ciertos tumores de ovario en mujeres que usaron talco en la zona genital.

El talco se utiliza en productos cosméticos y polvos corporales y puede estar presente en alimentos y medicamentos. La IARC también alerta sobre la posible contaminación del talco con asbesto, lo que podría exponer a trabajadores y consumidores a este peligroso cancerígeno.

El oncólogo Pérez Fidalgo del Hospital Clínico de Valencia sugiere evitar el uso de talco en la zona genital, especialmente en mujeres, aunque aclara que el uso previo no implica necesariamente la aparición de cáncer.

La relación del talco con el cáncer de ovario ha llevado a numerosas demandas en Estados Unidos contra Johnson & Johnson, que decidió suspender la venta de su Baby Powder a nivel mundial en 2022.